Hace unos días criticábamos la utilización de jóvenes con carteles para advertir a los automovilistas sobre algún impedimento cercano en el tránsito, y decíamos que esa función se cubría perfectamente con los carteles fijos habituales.
No entendíamos muy bien la necesidad de un contrato con una empresa privada, que a su vez contrata a unos chicos, que si bien ganan unos pesos, se derriten de calor parados sobre el asfalto hirviente de la ciudad en verano, tan solo para sostener un cartel amarillo que se ve tanto como si estuviera apoyado en el piso. A éstos chicos se le podría encontrar un empleo más útil en la ciudad. Y digo no entendíamos bien, porque no queremos pensar que haya una “conveniencia” monetaria de por medio.
De ahí el título de esta nota, talvez la “conveniencia” no es lo más importante, probablemente haya pensado Macri que si estos carteles en lugar de estar fijos, los sostiene un joven, a nadie se le va a ocurrir escribir en ellos, y si bien esto es cierto, que la dupla M+M no se ponga muy contenta con el resultado, porque nada puede superar al ingenio de la gente para hacer oír su protesta.